LAS OBRAS NO CONTAGIAN Y SON UN SOSTÉN DE LA ECONOMÍA

Inmersos en la segunda ola de la pandemia del COVID-19 se están lanzando medidas tendientes a tratar de controlar sus efectos.    La gran mayoría de estas medidas consisten en restricciones a diversas actividades, entre ellas económicas y productivas.

Desde las PYMEs Constructoras instamos a recurrir a las estadísticas sanitarias para informarse que las obras de construcción tanto públicas como privadas no son una fuente de contagio, sino que, al contrario, al utilizar transportes propios para el traslado de sus operarios, liberan al sistema público y al realizarse controles, análisis y testeos periódicos al personal afectado a las obras son una herramienta de prevención adicional a las existentes.

Por otro lado buena parte de las economías locales y regionales necesitan que uno de los puntales en el otorgamiento de mano de obra y de la adquisición de insumos y materiales mantenga e incremente en la medida de lo posible su dinámica de trabajo.

Miles de familias y de emprendimientos comerciales se sostienen gracias a la construcción.  En ese convencimiento las PYMEs constructoras maximizaron los recaudos para prevenir y evitar ser fuentes de contagios, de esta forma  el índice de trabajadores de la construcción contagiados es prácticamente nulo.    Por estas características y por su condición de traccionadora del movimiento económico que genera debe ser considerada como una ACTIVIDAD ESENCIAL, tanto por el aspecto económico como por el aporte que ofrece al cuidado sanitario de las personas involucradas.

Por todo ello entendemos que la actividad no merece ni justifica ser analizada como posibilidad de ser detenida ó restringida total ó parcialmente.    La realidad y las estadísticas así lo demuestran.