Congelamiento de precios: UNA RECETA POPULISTA

Una receta populista con efectos secundarios indeseables para una enfermedad estructural.

El congelamiento de precios unilateral impuesto por el gobierno nacional es una herramienta utilizada en el pasado que, lejos de solucionar los problemas estructurales de la macroeconomía, instala o afianza situaciones que atentan contra la expansión económica y aumento de producción.   Repasar los libros de historia basta para no caer en el mismo error, quizás forzados por la urgencia coyuntural y la ausencia de un plan económico acorde a la crítica realidad de nuestra economía

La libertad de mercado y las reglas claras y sostenidas en el tiempo son la base fundamental para que un sistema productivo se desarrolle con normalidad y expectativas de crecimiento.

Los actores del último eslabón de la cadena de comercialización no son más que la cara visible y expuesta de una larga lista de participantes, entre ellos el Estado (en todas sus jurisdicciones), que no están obligados ni maniatados para producir los aumentos de sus insumos, servicios, prestaciones, impuestos y demás, por lo que exigir un congelamiento de precios es impracticable en el tiempo, ni siquiera por los 90 días establecidos.

Instamos al Gobierno Nacional y a quienes les compete la responsabilidad de llegar a acuerdos políticos, económicos, estratégicos, apliquen el sentido común, la racionalidad y fundamentalmente pensar en el bien de los argentinos, despojándose de ambiciones personales, mezquindades políticos y oportunismos electorales.