Amílcar Catelli: “Esta tienda nació del amor de mi mamá y hoy sigue latiendo con la misma dedicación”

La persiana de Modas EMMEL se levanta cada mañana con la misma ceremonia silenciosa que comenzó hace cuatro décadas. En Progreso, Santa Fe, el comercio que fundó una madre con más sueños que metros cuadrados hoy es sostenido por su hijo, Amílcar Catelli, quien convirtió aquel pequeño local familiar en un punto de referencia que trasciende el mostrador y alcanza a las localidades vecinas.

“Mi mamá abrió este negocio cuando todo era mucho más difícil. No había grandes proveedores ni facilidades, pero sí una convicción enorme: atender bien a la gente”, recuerda Catelli con una mezcla de orgullo y gratitud. La historia que comparte FECECO en su serie Historias del comercio santafesino no es solo la de una tienda de ropa, sino la de una familia que entendió al comercio como un vínculo cotidiano con la comunidad.

En Modas EMMEL conviven la venta mayorista y minorista, pero también las charlas extendidas, las recomendaciones sinceras y la memoria de generaciones que encontraron allí algo más que una prenda. “Acá no se trata solo de vender ropa, se trata de escuchar, de conocer a cada cliente, de saber qué necesita y hacerlo sentir cómodo”, explica Amílcar, quien aprendió el oficio mirando a su madre detrás del mostrador.

La transformación del negocio no implicó renunciar a su esencia. “Crecimos, nos expandimos, pero nunca dejamos de ser ese comercio de barrio donde te llaman por tu nombre”, sostiene. Y agrega: “Creo que eso es lo que nos mantiene vigentes después de tantos años: la confianza”.

Desde la Federación de Centros Comerciales de Santa Fe (FECECO), el episodio busca rendir homenaje a quienes sostienen viva la persiana día tras día, aún en contextos adversos. En esa misma línea, Catelli reflexiona sobre el rol del comerciante local: “Ser comerciante no es solo abrir y cerrar una caja, es formar parte de la vida de la gente. Nosotros acompañamos cumpleaños, eventos, momentos importantes”.

La historia de Modas EMMEL es también un retrato de identidad colectiva, de esfuerzo silencioso y de continuidad, donde el hilo que une pasado y presente se teje con dedicación y cercanía. “Cada vez que levanto la persiana siento que también honro el legado de mi mamá”, dice Amílcar, con la mirada puesta en el futuro, pero los pies firmemente arraigados en su historia.

En tiempos vertiginosos, relatos como este recuerdan que el comercio local no solo vende productos: construye comunidad, memoria y pertenencia. Y en Progreso, Modas EMMEL sigue siendo ese lugar donde la moda se cruza con la confianza y la tradición se transforma en presente vivo.

Podes ver su historia entrando a este Link: https://www.instagram.com/reel/DRKrc__jj0O/?igsh=MXczcG44cjBiOWlqaQ==